FORMULAS SECRETAS
Se guardan celosamente bajo contratos de confidencialidad, se patentan y hasta se divulgan como venganza por un despido masisvo: ahí van algunas de las fórmulas mejor guardadas que puedes llevarte a la boca.
SABINA URRACA / EL COMIDISTA
27 Noviembre, 2017
Ese sabor secreto, una fórmula celosamente guardada generación tras generación o la receta custodiada por guardianes de afiladas lanzas… Todo lo que suena a Santo Grial escondido por las hadas en las profundidades del bosque nos hace salivar salvajemente. ¿Un polo de limón? No, mucho mejor póngame este de Elixir Frigorizado de las Tinieblas, que ya me bailan las papilas del misterio que me está entrando.
En unos tiempos en los que, al dar la vuelta al tarro, una ve cómo la salsita rica se deconstruye sin secreto, mostrando sus pulpas y su sal, sus almidones y sus dextrosas, la receta secreta es un velo maravilloso que nos protege de saber demasiado mientras nos ofrece una experiencia chispeante. Si en una carta nos ofrecen un “bacalao receta secreta de la abuela”, lo pediremos sin chistar, ansiosos por sorprendernos, palmeando como gorrinos. Porque eso somos: unos gorrinos hambrientos de mandanga nueva, especial, oculta. Dame un cóctel desconocido y no me hagas spoilers, anda.
Sin embargo, al mismo tiempo que odiamos los spoilers de ingredientes, hay un pequeño enano maligno en nuestro cerebro que busca desenmascarar el misterio, saberlo todo, al que hicimos caso metiendo el dedo en la llaga de algunas de las recetas secretas de todos los tiempos. Algunas pudieron ser desenmascaradas, otras se mantendrán por siempre jamás escondidas en un cofre de piedra en las profundidades del bosque, custodiado por hadas vampiro que nos destrozarán a dentelladas si nos acercamos. Y esa sola posibilidad hace que se nos haga la boca agua cada vez que probemos de nuevo esa salsa, ese refresco, ese pastel más cercano a la magia inexplicable que a algo tan mundano como una lista de ingredientes y un modo de preparación. Buscamos experimentar lo que sintió Moe al probar por primera vez el flameado que le ofreció Homer (después llamado Flameado Secreto de Moe): “Es como si celebrasen una fiesta en mi boca y todo el mundo estuviese invitado”. Y después maravillarnos porque el ingrediente secreto es jarabe para la tos infantil.
GAZPACHO MAJAO
Según reza en su página web, “el principal secreto del gazpacho Majao y sus distintas variedades es la utilización de ingredientes frescos y de primera calidad, aplicando las recetas actualizadas de nuestros antepasados”. El gazpacho Majao, creado por la Abuela Reyes en la sevillana Venta Ruiz, fue el primer gazpacho en comercializarse hace ya más de 30 años.
Cuando los gazpachos envasados más populares que ahora consumimos empezaron a asomar el hocico, Majao ya llevaba casi dos décadas distribuyéndose por Andalucía. Ahora mismo puede encontrarse en supermercados de toda España: si uno toma la característica botella transparente que lo contiene y escudriña aquí y allá, verá que por ningún lado aparece la fórmula secreta. Sólo se indica que no lleva conservantes, colorantes ni espesantes. El resto es puro secreto sevillano escondido en las cocinas de la antigua Venta Ruiz.
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